domingo, 21 de septiembre de 2008

...

La marcha en contra de la inseguridad hoy me da más asco. Si de por si estaba de hueva, aquí en una ciudad donde les encanta jugar a l@s buen@s, a l@s inocentes, donde según ellos "nunca pasa nada, la gente de Michoacán es tranquila, quienes vienen a armar su desmadre son los pinches chilangos, o los del norte, o los de guadalajara o quienes sean menos nosotros". Sí, hoy toda la gente que piensa así me da más asco.

Como ni diría Mr. Vox "nel, ni madres". Aquí nos estamos matando y nadie hace nada. Cada un@ somos cómplices de esta inseguridad. Justo después del reventón en el centro del 15 de septiembre, después de analizarlo todo el día, la semana entera, la conclusión fue la misma: debemos empezar por abajo. La culpa no la tienen ellos, no es el gobierno, ni el ejército, ni los malos, ni el que abre los carros, ni el que hace levantones, ni el wey que se roba las bolsas, o los celulares... Va desde el niño gandallita de la escuela. Podría sonar trillado, estúpido, pero l@s niñ@s están aprendiendo a pasar por encima de l@s demás. Crecí en un colegio de chavit@s que pensaron el dinero compra todo. Con ell@s siempre fue lo mismo: eran influyentes, pesad@s, nunca hablaron con nadie que no pertenecía a su sector social, les valía hacer daño porque siempre tuvieron quién los tapara, etc. Y bueno, no digo que ahora sean asesinos, pero cualquier parecido en la descripción...

Entonces estamos olvidando de que existen otros seres en este suelo. Falta recordar un pequeño detalle: el ser humano es social por naturaleza. Dependemos un@s de otr@s. No es posible decir (tono TV Azteca que es peor que Televisa) "oh señores, discúlpenme por lo que voy a hacer" y luego aventarles una granada. Do babes.

Durante esa noche viví los peores 40 minutos de mi vida. Quienes me llamaron fueron testigos de mis ataques de histeria porque resulta que mi hermanito no aparecía ni contestaba el celular. Por cierto, andaba en un bar ubicado justo en medio de donde cayeron las dos granadas. No me lo imaginaba lastimado, pero en esta mentecita lo vi asustado, desconcertado, lo peor de todo, solo. Lógicamente no era prudente salir a buscarlo, hubiera sido muy mala decisión. Y sí, lloré cuando me dijo "qué pasó? ni me enteré de nada. Ash ya no te pongas así, me asustas, siiii ya voy para la casaaaa".

A casi una semana la gente en Morelia ha retomado sus actividades. La mayoría sigue en espera de justicia, ese es el problema: sigue en espera. Si soy brutalmente honesta, a mi las granadas no me vinieron a cambiar la vida, ni he reflexionado sobre mis actos, ni valoro más a mi familia y amig@s. Eso es una falacia, si acaso he tenido más trabajo, por lo tanto menos tiempo para dedicar.

No pienso ir a marchas, ni colgarme un listón, ni quejarme, ni pedir una solución a mis problemas, ni bla bla bla. Me declaré en luto en mis artículos para el periódico pero no haré más. Sin embargo no olvido mi condición de pieza en este rompecabezas. Recuerdo siempre: el aleteo de una Katarina en Morelia, puede provocar un huracán en cualquier parte del mundo.

Porque nadie es una isla entera por sí solo ... no preguntes por quién doblan las campanas... (Zape si no se conoce la frase completa)

Y pues a seguirle no?

No hay comentarios: