Manuel, exmaléfico, Icaro, etc... inspiró este post. Ha pedido que le contemos nuestros 5 placeres mundanos (es re chis mo so). Como yo debo calentar los dedos para empezar a escribir un artículo en la oficina, aquí vamos:
1) Enconcharme. Hacerme bolita. Me encanta subir los pies a los sillones, sentarme con las piernas cruzadas y platicar horas.
2) Que me abracen. Amo los abrazos. Soy de las chiqueadas que prefieren los abrazos protectores, tiernos. No cualquiera tiene el don para comunicarse abrazando, por eso no me gusta cualquiera. Recuerdo algunos abrazos especiales, como cuando supe que estaba enamorada.
3) Terminar de escribir. En el trabajo el sentimiento es de satisfacción, pero terminar de escribir un cuento es lo mejor. Acabo sudando frio, con las manos heladas, con ese nudo en el estómago que me dice que mis personajes hicieron lo correcto.
4) Los chiles rellenos que hace Martukis. Son al horno, gratinados. Mmmmmmmmmm es más... podrían sustituir a los tamales oaxaqueños.
5) Tomar café y almorzar en la sala de Lechus un sábado. Los sábados me encantan. Tienen justo el tiempo necesario para ser fin de semana. Precisamente por eso almorzar con la chilangaza familia en la sala de la abuela es delicioso. Sin prisas, platicando todos al mismo tiempo, ver pasar los platos, las tazas, el pan.... Creo que este es el placer más mundano y acaso el mejor momento de mi vida.
No, cinco no me alcanzan.... Pero estas son las pequeñas cosas que me provocan sonreir.