viernes, 4 de julio de 2008

SAUDADE


Los conocí en Enero del 2005 en el taller seudoliterario de la Casa de la Cultura. Milton fue el primero, siempre sonriente, inquieto e irreverente. Desde el principio me cayó bien cuando enfrentó a Saute diciéndole "a mi no me gustó nada tu texto, no le entendí ni madres" y en ese momento pensé en hacerlo mi amigo. Saute llegó después, con su modo formal. Él fue el autor intelectual de los martes de chela y literatura, por eso en cierta manera, no fue grata su ausencia. También me acompañó 3 años de vida y aunque esta tarde no estuvo con nosotros (por obvias razones) forma el motor de un Colectivo que costó mucho trabajo echar a andar. Luego vino Ross, una pintora de las buenas, de las oscuras y de las cabronas. Mujer inteligente, sincera, de las netas que no tienen miedo a echarse al vacío lo cual muchas veces impresiona e impone. Leija siempre fue despistado. Llegaba cuando quería, en realidad lo amamos cuando deberíamos odiarlo. Es el mijo. Escribe casi tan bien como pinta, aunque ahora se dedica a la fotografía. Paradójicamente es el que nos va a sacar de pobres porque en sus delirios ya le dieron la portada del último libro de Guillermo Samperio (cómprenlo: de venta en Sanborn's). Falta el Sr. de la Vega junto con Doña Demi Moore quienes terminaron en Ciudad del Carmen, Campeche haciendo fama, fortuna y familia. Finalmente, nuestro adorado Nowell, marino perdido en el Pacífico, él merece un post aparte. El Señor Escabarajo se nos unió en la decadencia con el proyecto Amalgama 08, fue lo último que hicimos junt@s. L@s llamé "Los Heraldos Negros" luego nos llamamos "Saudade"


Hoy nos reunimos como en los viejos tiempos. Llegué tarde para variar. Me sorprendió ver a Milton, Leija, Escabarajo y Ross junt@s. Las últimas reuniones solo estuvimos dos. Incluso llegó Marco, como si nos fuera a dar taller nuevamente pero no, esta vez fue una reunión de amig@s, no como Saudades. Había una silla vacía. El lugar de l@s ausentes. Nos dimos cuenta cuando nos llamó Ernesto (momento justo) para hacernos una "atenta invitación a colaborar en un lunes de letras" y tuvimos a bien decirle "hijole, es que ya no trabajamos juntos". Nunca la declaración había sido tan tajante. Silencio en la mesa. Risas después.


Tomamos en promedio unas tres chelas por persona, platicamos sobre cine principalmente (el tema predilecto de Milton), reimos en latin guarro (chiste muuuuy local), pedimos botanita y como siempre habíamos cerrado, fuimos a cenar tacos. Escabarajo y Ross huyeron temprano, terminé con Milton y Leija. ¿Eres feliz? Me preguntó Milton. Mucho, soy muy feliz. Esta noche descubrimos además que Leija no es capaz sólo de levantar las más bajas pasiones de las niñas (porque él siempre fue el rompecorazones) sino también de los super machos cuando, al pasar, uno le brindó un lujurioso "aaaaaaaaaaaaaay nalgón!!!"


Después de la cena, los abrazos, los "nos vemos pronto, nos llamamos" me quedo con este sabor en la boca de una despedida velada. Hoy me los llevo en la maleta, en las fotos que nos tomamos desde hace 3 años, en los textos que corregimos intentando jugar al taller de literatura, en las letras de cada artículo que escribo para el periódico, ahí van ell@s. Mis amig@s, mis maestr@s. No importa que ahorita estén divididos en dos o en cachitos, porque siguen formando parte de ese selecto grupo denominado "mi gente" (donde está mi familia, mis poc@s amig@s, tres recuerdos y Ojos Negros): L@s perfect@s, l@s intocables, l@s interesantes, l@s confiables, l@s extrañad@s, l@s que siempre tienen su lugar, solo ahi están quienes amo...


Regresé a escribir a casa. La necesidad de las manos hacía cosquillas. Brindo entonces por la nostalgia, por las noches, por la chela, por El Ahijado, por aquella tarde en que entré a la cúpula y los vi ahí sentados como si solo estuvieran esperando por mi.

2 comentarios:

Francisco Méndez Arquitectos dijo...

Ahora puedo contar como te conocí?

Estampándote contra el vidrio cerrado del taller de Leija....

Y yo pensando que siempre llegabas de la misma manera...

De golpe y volando cual catarina.

Me quedo con eso, con la catarina que siempre sonrie, la despistada pero responsable, la que ama, la que tiene una crítica exacta bajo la mano, la que usa lentes y vuela.

Un abrazo catarina.. conocerte fué un placer... y éxito en todos lados!

Lata dijo...

¡Cuándo llegas? Ya tengo casa!!! yeiiii...