sábado, 26 de julio de 2008

Cumpleaños

Topo Gigio me despertaba una vez por año. Él estaba encargado de avisarme que sería un día especial, aunque el tuviera el mismo clima y en la casa nada hubiera cambiado. Prácticamente desde una noche antes a mi me costaba trabajo conciliar el sueño, imaginaba cómo sería tener un año más (Uy! De un día para otro crecería de repente), los planes para festejar y por supuesto, los regalos. El estómago se hacía nudo por la emoción. Un nudo que solamente se presentaba 3 veces por año: en Navidad, Día de Reyes y esas mañanas. Para mí era algo parecido a ser reina por un día, el centro de la atención. Tal vez, aún así lo sea…

Y es que cumplir años es mágico. Es el inicio de la vida misma. El tiempo nos rige desde nuestra fecha de cumpleaños. Incluso, según los astrólogos, es determinante para conocer no solamente cuál color vestir o si estamos destinad@s a la fama o la fortuna, sino nuestra personalidad entera. Los miedos, las posibles reacciones, muy probablemente, la forma de sentir. No es que yo sea adicta al horóscopo: l@s Leo, no creemos en esas vanalidades.

Los cumpleaños son tradicionalmente especiales. Un ciclo que se cierra, uno nuevo por abrirse. Cada persona entonces, a su manera realiza esta transición de una etapa a otra. Hay quienes se dedican a alimentar el amor propio, se roban el día completo; otr@s prefieren hacer felices a los demás compartiendo con su gente, entre amig@s y familia; existe por supuesto quien medita sobre sus logros, aciertos o errores; el grupo de los aparentemente indiferentes a la fecha, como si no sucediera nada importante y finalmente quienes pertenecemos a todas las categorías según el año. Después de todo, la rutina puede esperar. Según me cuenta Wikipedia, es costumbre (al menos en España y Argentina) tirar de las orejas del "afortunado", una vez por cada año que cumple. En otros países (como Estados Unidos) se dan tantos latigazos o pellizcos como años tenga. En Chile, el cumpleañero recibe el popularmente conocido manteo (algunas personas suelen llamarlo erróneamente malteo), el cual consiste en tomar las cuatro extremidades (brazos y piernas) del festejado entre cuatro personas para luego levantarlo tantas veces como años tiene. En tercer mundo, solemos ser menos agresivos. Nos conformamos con el clásico pastel adornado con una vela por cada año cumplido, las cuales apagaremos después de haber pedido un deseo. Por supuesto también se cantan Las Mañanitas que inventó el Rey David para l@s muchach@s bonit@s y se augura felicidad para los próximos meses.

Yo tengo mis ritos para cumplir años. Después de tiempo de ausencia, Topo Gigio regresó a mi vida en el 2007, es el único día donde me levanto pronto de la cama (en menos de los 20 minutos que generalmente me tardo), estoy particularmente arreglada y me permito cualquier capricho sin remordimientos. Estoy a unas horas de celebrar mi año nuevo. El aire tiene un aroma diferente, la ciudad toma otros colores, la vida en sí es distinta porque el día en que yo nací, nacieron todas las flores…

2 comentarios:

Voz Ruda dijo...

Claro que si! dicen bien, y eres una de las más bellas flores de la blogosfera. ¡feliz cumpleaños cuiquilla! Un abrazo!

Anónimo dijo...

En lugar de felicitarte a ti, deberiamos felicitar a tu mami, ella fue la que estuvo sufriendo por tu culpa el dia que naciste!!! jajaja.