lunes, 25 de agosto de 2008




Dejemos que los Residuos Tóxicos se escurran por las coladeras mientras echamos a volar a
La Katarina...

Wabi Sabi

Soy un ser incompleto, mutante, en construcción eterna. Cada que me entiendo mejor me entiendo menos, me cae. Rubén Flores.

Nada permanece, nada está completo, nada es perfecto. Puedo no estar descubriendo el hilo negro, puedo estar repitiendo aquello que conocemos muy bien, esto ya lo he escuchado tantas veces y aún así nunca lo había aceptado tan de golpe como hoy. No soy perfecta, no permanezco, no estoy completa: soy real, soy parte de la naturaleza (una naturaleza de contrastes, de incongruencias) soy mundana ¡Sí que se siente bien! (

Leí el término por primera vez en un blog dejándome impactada. Tal palabrita provocó mi curiosidad, encontré: “corriente japonesa estética y de comprensión del mundo basada en la fugacidad e impermanencia. aquella belleza imperfecta, impermanente e incompleta. Algunas características de la estética wabi-sabi son la asimetría, aspereza, sencillez o ingenuidad, modestia e intimidad.” El wabi sabi entiende entonces la fugacidad, no busca la perfección porque le resulta prácticamente inexistente. El encanto de las cosas será cuánto se acerca a su estado natural sin ocultar defectos porque, precisamente esas anomalías lo volverán único.

Me resultó una de las tareas más difíciles concebir la imperfección. En este lado del planeta donde se busca constantemente mejorar, llegar al estado ideal de equilibrio donde todo cuanto nos rodea debe ser inmaculado, sin cuestionamientos, bajo los estándares sociales. Es parte de la naturaleza humana la inconformidad, el buscar siempre más hasta lograr un objetivo “perfecto”. Nos enseñaron que el 10 es la mejor calificación, que la chica perfecta mide 90-60-90, que se debe tener más dinero, ser el-la amig@ incondicional, los padres modelos, tener el mejor trabajo, mejor, mejor, mejor. Nos amamos perfectos, nos buscamos perfectos, perseguimos espejismos. Por lo tanto cargamos intolerancia en los bolsillos.

Sin embargo creamos lazos con los objetos usados. Piense en la pluma que le ha acompañado toda su vida, aquel pantalón de mezclilla que aún deshilachado no va a tirar a la basura, en esa foto amarilla que le provoca cierta nostalgia, en ese “objeto de la suerte” que estuvo con usted cada ocasión a lo largo de los años y aún conserva. Las cosas desgastadas son las más lindas, sus imperfecciones nos recuerdan haber envejecido con nosotros, han vivido, han sido testigo inequívoco del paso del tiempo, de nuestra vida. A veces esas cosas nos recuerdan quiénes somos.

Yo tampoco me siento completa, nunca me he sentido completa. Siempre busco respuestas, no permanezco mucho tiempo en el mismo lugar ni haciendo las mismas cosas. Mi gente cambia, quienes se han quedado a mi lado se renuevan, es parte de esta fugacidad. Y tal vez siendo imperfectos, aceptando nuestro estado natural podamos ser felices. O por lo menos dejemos de perder tanto el tiempo…

jueves, 21 de agosto de 2008

Nombrar

Para Adán Pando, culpable de todo.

Me llamo Erika Leonides Torreblanca Rojas. Erika porque el nombrecito estaba de moda en los 80´s, Leonides porque así se llamaba mi bisabuela, Torreblanca por el primer apellido de papá (y no, no es el de los hoteles, ni tiene nada qué ver con gobierno) y Rojas por el primer apellido de mamá (que no, tampoco tiene que ver con bares de ambiente). Entiendo que cada un@ de ustedes también tiene un nombre con su historia. Se llaman, son llamados, les dicen. Son.
Existen madres (generalmente son ellas) que tardan meses buscando el nombre ideal para sus hij@s. Buscan en libros especializados, entre diccionarios en diferentes idiomas, consultan con familiares, continúan tradiciones. Dar nombre a una persona nueva es una responsabilidad muy fuerte: nombre es destino, es significado. Se traza la vida misma desde el nombre. De tal manera, yo tengo un nombre por necesidad, porque la sociedad me exige existir bajo ciertos límites de la lengua, necesito ser nombrada. Me pregunto si el nombre encerrará todas mis características. Tengo cara de Erika, eso sin duda. Hace poco conocí a una chica que dice no tener cara de acuerdo a su nombre lo cual le ocasiona mucho conflicto, busca otras maneras de llamarse y a veces prefiere responder solamente cuando le dicen “tu”. Cuando me veo al espejo no me imagino siendo Rocío o Susana, nombres igualmente hermosos al mío sin ser para mí.
La magia está hecha con palabras. Todos los ritos le dan particular peso a las oraciones. Peticiones, maldiciones, basta con llegar al verbo. “Nunca nombrar a los muertos, sería como invocarlos”. Decir, es lograr en el ámbito del misticismo, como dar mandatos al destino para obtener cuanto queremos. Si nos ponemos supersticiosos basta con expresar el deseo para volverlo un decreto (ahora repitan conmigo: Erika es una escritora exitosa).
Las cosas también “se llaman” ¿Quién fue el/la primer@ en nombrarlas?. Decía Platón “quien sabe los nombres sabe las cosas”. De ahí la conciencia, el pensamiento: a partir de la palabra se crean los conceptos, lo que nos vuelve animales simbólicos por lo tanto racionales. Nombrar las cosas para darles un sentido, una razón de ser. Nombrar las cosas para existir, para que existan, para que existamos.
Por otro lado me encontré la contraparte “…aunque el nombre de las cosas es muy importante, por esa vaina de la semántica y los significados, es necesario recordar que los nombres representan la teoría, pero los hechos y las acciones son la práctica. Ahora bien, según la religión, Dios creó al hombre y le dijo: "tú nombraras las cosas", "tú darás nombre a las cosas". Yo, sin querer echarle paja a Dios, ni meterme en las profundidades inhóspitas y ambiguas de la religión, voy a tratar de interpretar eso que dijo Dios sobre los nombres de las cosas. Creo que solo se puede dar nombre a las cosas, después de hacer esas cosas. El hecho es que, hacer las cosas es inventar nuevas cosas, es decir, transformar el mundo, para después poder darle nombre.” Dar nombre al resultado de la transformación. Eso me gusta y sigo en conflicto: hacer para nombrar, nombrar para hacer. Me duele la cabeza.
Actualizo rápido:

1. Les dejo el Paréntesis que debía
2. Estoy en una etapa muy tranquila de mi vida. Caso raro, el 2008 se previó intenso y lo ha sido pero en aspectos muuuy diferentes a lo que YO tenía planeado
3. Sigo sin saber qué hace una madrina de bautizo, además de "comadrear"
4. La Chilangaza Familia campus Morelia ha regresado a sus labores, por mi lado sigo EN CONSTRUCCIÓN
5. Esta sí es importante: hago pública mi queja, el Rubas no debe cerrar su blog!! No debemos permitírselo compañer@s!! Hagamos algo asi como una toma de espacios o mandemos documentos firmados a su mail para que no nos abandone. Por mucho trabajo, ocupaciones o aburrimiento, es su deber continuar. Buaaaaaa!!! Estamos justos de existencialistas Rubas, queremos que estés aquí...

lunes, 18 de agosto de 2008

Carreteras

Toda mi vida la recuerdo en carreteras. Siempre me fui, y no precisamente brincando por lugares interesantes del país como me gustaría, sino oscilando entre dos ciudades como un péndulo. Ir y venir. Primero sin saber, luego enojada, después triste, un tiempo feliz de estar de un lado para otro y ahora lo hago como rito, como una costumbre arraigada. Incluso se que en mi destino no está precisamente escrito quedarme sino saltar de nuevo. Aunque esta vez haya decidido no irme. Tal vez por eso mi personalidad es igual, cambiante, versátil, fácilmente adaptable. De alguna manera viajar implica adaptarse al clima, a la gente, a los caminos. Me gustan los caminos.
Viajar en carretera es mucho más lindo que viajar en avión. No desprecio los aviones, por el contrario, las pocas veces que tuve oportunidad de estar en uno, siempre fueron experiencias emocionantes por la novedad, los destinos, la gente. Cierto es que las nubes están mucho más cerca (asfixiantemente cerca diría yo), arriba el azul toma otros tonos pero en el avión nunca vi un verde tan lleno de vida como en las carreteras. Digo, aún somos seres terrestres. Me gustan más los paisajes a los que pertenezco. En cualquier momento podría bajarme, ser parte del entorno, cosa prácticamente imposible de hacer en un avión. (¡Ey mamá! ¡Tómame una foto con esa estrella, pero que salga encima de la nube!). Tal vez lo más encantador de un avión sean los aeropuertos llenos de historias, de misticismo. Mientras no podemos decir mucho de las centrales o de un estacionamiento público.
Los viajes terrestres tienen el encanto entonces que no ofrecen los encapsulados viajes aéreos ni los nauseabundos (de llenos de nauseas) viajes marítimos. Quienes vamos dentro del auto sabemos que en cualquier momento afuera alguien vive, alguien está o se puede parar el auto en el acotamiento para bajar a tomar un poco de aire y sentir el pasto, las plantas, la tierra (por favor no lo hagan en curva ni en puentes). Desde pequeña me gustaba imaginar cómo sería estar allá, justo del otro lado de la ventana. Luego del pensamiento se puede pasar fácilmente a la realidad con bajar el cristal. Además con tantos ecosistemas existentes en nuestro país cuando un@ hace un viaje en carretera siempre está la oportunidad de observar diferentes tonalidades en la tierra, nuevas formas en las montañas, vegetación variada e incluso si se anda con suerte, hasta diversos animales lejos de los perros y los gatos citadinos.
La mejor manera de recorrer las carreteras indudablemente es en auto. Los autobuses tienen esa facha medio gris que no componen ni con sus películas ni con sus desodorantes empalagosos. El automóvil es mucho más personal porque generalmente l@s pasajeros se conocen o son cercanos, además se pueden elegir las rutas a transitar o establecer las reglas generales del viaje: quién maneja, hacia qué dirección, cuántas paradas se harán en casetas, bajar a comprar frituras, chocolates, refrescos o el solicitadísimo baño.
Sabemos que llegamos al destino porque el automóvil debe disminuir la marcha para entrar en la circulación cotidiana de las ciudades. Para entrar en la masa de que siguen un mismo ritmo marcado por semáforos, por señales, por peatones. Las ciudades rutinarias, monótonas, esclavizadas definitivamente no son tan divertidas como las carreteras.

jueves, 14 de agosto de 2008

¿Qué voy a hacer con tanto de mi? ¿Qué haré con estos silencios, con las preguntas, con los momentos, con aquello que conozco y oculto? ¿Qué hago? ¿Cómo actuo? ¿Donde dejo el insomnio? Me ha gustado enamorarme de ti... Y sí, por hoy esta mujer se pone la soga al cuello:
Creo en todo lo que me dices, podría perfectamente seguir haciéndolo.

miércoles, 6 de agosto de 2008

A la gripe le gustan los dias nublados, creo que también le gusto yo. Me quedo en casa, pijama y libro puestos. Pueden esperar afuera las nubes, el agua y la vida. Hoy no existo...

lunes, 4 de agosto de 2008

En etapa constructiva y en realidad no se si estoy construyendo algo, lo que sé es que me siento muy bien, muy feliz, muy muy. La fiesta de cumpleaños estuvo linda para haber sido organizada a las de la tarde, mil gracias a Mosh porque sin él las cosas no hubieran salido...

No tomé rumbo al DF. Este fin de semana fui por mis chivas, regresaron conmigo la dell rosita y mis acompañantes. No me arrepiento y no, tampoco desperdicié la oportunidad de mi vida (por aquello de que luego la chilangaza familia lee el blog). Así que nuevamente tomo mi cuarto, desempaco lo que en realidad nunca empaqué y vuelvo al lugar de donde nunca me fui. En estos meses mi vida ha sido tan espiral que me dejaré sorprender nuevamente...

Así la vida. En mi techo hay cierta enorme grieta amenazadora. Una señal? Bien, como se dieron cuenta, ahora escribo de bulto. Les dejo otro paréntesis y una colaboración que hice para El Rincón del Vox... Besos!!

Primera colaboración a otro blog...

KISATH ME MANDÓ UN MAIL QUE ADAPTÉ Y LO MANDÉ AL BLOG DE MR. VOX, VAYAN ALLÁ DESPUÉS DE LA GRIETA ESTÁ BUENÍSIMO. DE TODAS MANERAS SE LOS DEJO PARA QUE USTEDES TAMBIÉN CONOZCAN LO QUE PIENSA ESTA NUEVA PERSONALIDAD? FACETA? ESTADO DE ÁNIMO? MANERA DE VIVIR? COMO SEA PERO LA AUTORA FIRMA COMO ERI VOX...


Hay que decirlo sin rodeos: son muy pocos los hombres que salen bien librados de la cama y no porque tengan grande, pequeño o mediano, ALGO que tanto suele preocuparles porque sean eficientes maquinitas que siempre están dispuestas, listas, en su punto. No!!! Hay sutilezas vitales que poco o nada tienen que ver con el buen desempeño físico y que son claves a la hora de juzgar qué tan buenos son para el sexo:

1.Todo entra por los ojos: Las mujeres, como los hombres, entran por los ojos. Y en ese primer juicio la vanidad masculina es fundamental... Un hombre que no se cuide, que tenga los zapatos sucios (no se imaginan cuanto se fijan las mujeres en los zapatos!), que use tanga narigona de colores... Qué horror! Ojo: es fundamental una buena higiene. El que huela bien, se afeite, se vista con gusto, use boxer's (se admiten calzoncillos Jockey blancos), ande con las uñas limpias y cuidadas, empieza la seducción con el pie derecho.

2. Besos, más besos: Por favor hombres, demórense todo lo que quieran besando a las mujeres. Extrañamos esos besos de adolescencia frente a la puerta de la casa. Los vidrios empañados por tanto besar. El mirarse a los ojos mientras les besan en el cuello, la boca, las orejas (bueno! con algunas excepciones!). El que sabe besar y sabe bailar (sin que besar sea sinónimo de tocar por todas partes) llegará rápido a su meta. Aquí hago una pausa: Mr. Vox, solamente te hace falta aprender a bailar…

3.Mas de 15 minutos por favor y menos de 1 hora: Los hombres máquina, tipo taladro, frenéticos y animalescos, que demoran los quince minutos que puede tomarles llegar a un orgasmo (hemos cronometrado, si señores) suelen ser catalogados de sosos, egoístas, aburridos y díscolos. Hágannos desear. No lo den todo tan rápido! Igual si se tardan demasiado aburren, justo en ese momento empezamos a ver las manecillas del reloj o si hace falta reparar las goteras.

4. Variedad: La posición del misionero no esta mal, pero para nosotras suele ser interesante (por eso de los estímulos entre los pliegues femeninos) estar encima o agarradas a ustedes como si fueran el tronco de un árbol. Variedad señores!!! Déjennos de tanto en tanto tomar la iniciativa en posiciones más interesantes. Y en seguida vayan al siguiente apartado:

5.Pocas preguntas: Celos añejos? Vaya uno a saber... Pero el hombre que en pleno acto pregunta: ¿Dónde aprendiste? ¿Quien te enseñó? ¿Por que tan enteradita? ¿Cuántos componen tu lista?... ¡Mata todo! El pasado es pasado. Nada de indagar sobre el como se aprendió. La práctica hace al maestro no? Entonces NO SE QUEJEN!!

6.Ojo con las manos: Acaricien, no amasen. No sean tan rápidos con las manos. No sean tan genitalistas. Utilícenlas para una caricia en el cuello, en la mejilla, en el pelo, en los pies. Y cuando lleguen a la intimidad, ya saben: no se trata de amasar. A ninguna mujer le excita que un wey le ponga las manos en las tetas o en las nalgas así como así. Sean cachondos. Por cierto, tampoco tenemos botones que abrirán “la puerta mágica”

7. Dejen actuar: Si nos compramos un brassiere sexy, no lo arranquen, disfrútenlo. Si encendemos chimenea, compramos vino, calentamos el jacuzzi y los recibimos desnudas, sean lentos con el romanticismo. No sean tan rápidos! Es muy importante no llegar solamente a lo que van.

8. Palabras: Todas las mujeres coinciden en que el clítoris está en los oídos. Que les digan que les gustan, que son bellas, que están excitados, que les fascinan, que las quieren (como les gusta que las digan que las quieren!). Ojo con volverse mandones: 'hazme esto, hazlo así, quiero esto, etc.' Hay que saber decirlo. Para mandar van a tener que empezar a pagar.

9. Dos seguidos, no: Calidad en vez de cantidad. Una vez se acaba, un vinito, una charla, unos besitos. El que vuelve y ataca, uf! Wow. Pero dense tiempo entre uno y otro.

10. Adiós ronquidos: Por muy bueno que sea en la cama, el que acaba y se duerme de inmediato es, en vocabulario femenino, un perfecto imbécil. Así que a mantenerse despiertos una horita por lo menos. Lo mismo va con la televisión. Nada de ver Deportv o un partido de futbol. Por favor, a ver cómo le hacen pero, al menos que sea sexo casual, nos interesa platicar con quien estemos en la cama. Empiecen a leer, a conocer de cremas o empápense de nuestro mundo.

11. AT LAST BUT NOT AT LEAST: DETALLES POR FAVOR:

Y no me refiero a que nos llenen de regalos, joyas o algo por el estilo (lo cual es apreciado pero no indispensable). Hagan siempre más que llevarnos a la cama. Estamos de acuerdo, a las mujeres también nos encantan los rapidines pero NO ES DE TODOS LOS DIAS. Es decir, acostúmbrense a tener detalles desde un Te Amo, te ves preciosa (al principio Y al final) hasta velas, incienso, sales, una flor, vinito, lo que seaaaa fuera de lo común vaya! Hasta hacer turismo xxx juntos (acudan a conocer rincones oscuros o moteles, si tienen una mujer madura no se preocupen, no les van a preguntar si ya lo conocían antes). Igual se aplica con las palabras: dirty talk solamente en ciertas ocasiones, nada de: “tons que irala? Nos echamos un paletón?” Por que noooooooo no no no no no. Mucho teatro. A las mujeres nos encantan las historias (de amor, eróticas, de aventuras, a veces porno). Así que recuerden, cada cosa que hagan por nosotras (arreglarse, abrirnos la puerta, tratarnos con delicadeza, decirnos piropos, quitarnos la ropa, servirnos el vino, la chela o el agua, querernos y dejarse querer entre otras cosas) será un detalle y les será recompensado. Échenle imaginación!!!


Fáciles de hacer. Recuerden que las damas sabemos ser muy agradecidas cuando nos sentimos consentidas, no se van a arrepentir. Ya saben, ahora no pueden tener pretexto. Muchos de estos consejos convirtieron a Mr. Vox en lo que ahora es (mi novio jijijiji) Párenle un poco al antiguo gañan-albañil y conviértanse en seductores. Luego nos platican cómo les fue...

Verdad

Solamente existe una verdad: tod@s mentimos. No se equivoque amable lector, no me desperté hoy con ánimo pesimista ni tengo la menor intención de amargarle el resto de su día. Por el contrario, póngase a pensar cuántas veces ha mentido hoy, cuántas a lo largo de la semana. Reflexione en sus respuestas cuando le preguntaron ¿Cómo está? ¿Cómo me veo? ¿Te gusta? Y conste que no he entrado a temas de mayor complejidad (¿Está a gusto aquí, con quienes le rodean, con su vida? ¿Considera que merece mejores cosas? ¿Devolvió el cambio extra en la tienda?) Bien, si para este punto el café no se le ha atragantado o no tiene planeado cambiar la página (ya sea por convicción o castigo) le propongo siga leyendo. Puede que encontremos algunas verdades, muchas mentiras o por lo menos le prometo un rato de dispersión.

Mentimos, es una realidad. Mentimos cuando nos convertimos en sociedad, al haber reglas de comportamiento, mitos, religiones, fantasía o incluso desde antes. Aún así, siempre estuvimos buscando aquello recordado como verdad, la nostalgia por lo auténtico. Con todo esto, si llegamos a encontrarla, huimos de ella o nos quejamos porque normalmente la verdad es catalogada como fea, amarga, cruel, ruda y en la mayoría de los casos es la última opción, en cambio la mentira es bonita, como <>, en el que les resulta más agradable y excitante soñar. Ejemplos existen muchos, adoramos los cuentos de hadas. Soñar con una verdad, ya implica mentira. (En este punto le recomiendo otro trago a su café).

Ahora bien, ¿existe la verdad? Sí, por necesidad, por el equilibrio perfecto. Si todo el tiempo mentimos, por lo tanto estamos sustituyendo verdades. Ahí están las certezas. Sin embargo mucha gente no le da el peso justo que debería, la ven despectivamente, como un acto de "mala educación". Nace entonces la palabra prudencia. La delgada línea entre decir la verdad (pudiendo ser linda o no) o mantener cierta postura, rol, posición social e incluso terquedad. Prudencia es un arma de dos filos.

¿Guardar silencio ante una situación donde debería hablar implica mentir? No, el silencio es silencio. Punto. Es peor cuando se disfrazan las acciones con listones, con personas, con fantasías. <> recuerdan las abuelas mientras nos dan clases de buenos modales. Mejor guardar silencio a mentir…una vez más. Viene entonces otro término: mentiras piadosas. Son usadas cuando un@ debe salir de apuros, al sentirnos débiles y temeros@s al tiempo de complacer. Una especie de lástima hacia l@s demás o sí mism@.

Mentir o no mentir, esa es la cuestión. Mucha gente miente como el fantasma que domina la historia, el narrador que cuenta su versión de los hechos. Aún así sabemos perfectamente que hay historias cuyo final no podría ser de otra manera. Y así como me atrevo a afirmar que mentimos, puedo afirmar que existo, que vivo, que siento. Eso para mi ya es una verdad. De cualquier forma yo solo estoy haciendo un paréntesis mientras usted pasaba por estas páginas.