sábado, 24 de noviembre de 2007

Noche teñida de morado. Reflejaban tonos púrpuras las paredes, la pequeña y única ventana de la habitación. Por debajo de la puerta el azul se convertía en índigo. El espejo los observaba complacido: dos cuerpos despojándose del color piel mientras tornaban al violeta del ambiente...

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