domingo, 9 de noviembre de 2008

Lo que escuchaba cuando entró tu llamada...

Esto debería de estar en un post en el blog que aun no tengo.

De esto te tendrías que enterar de algún modo.

Estas horas deberían de dar frutos y madurarlos.

Debería contarte que estoy bien sin importar lo que suceda. Que aunque me preocupa no volver a encender, la luz la noche ya le sienta bien a mis ojos, a mis manos que se activan y parpadean, a mis pies aunque aun adivinen el paso siguiente.

Te llevaste la flor y me dejaste el florero, Calamaro canta bajito sin molestar a los vecinos. Mis textos cada día menos genéricos, más para ti, para nadie más.

Necesito aquí tus ojos, tus oídos, tu espalda para seguir escribiendo. Aquí hace falta que aparezcas y pongas orden, que te lleves la ceniza de los platos, que ahuyentes el frío y me regales la certeza de que seguimos vivos.

Mi reflejo es cada día más triste, mira cuantas letras para no decirte nada...

Mira… este post no significa nada





Ya conoces al autor... Edel Juárez

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