Debería estar durmiendo ahora pero me es imposible, me pone tan ansiosa saber que la siguiente mañana debo levantarme temprano que resulta prácticamente nula la posibilidad de acomodarme entre tanta almohada y muñecos de peluche.
Sumemos la cosquilla que siento en el estómago, siempre pasa así cuando vuelvo del DF. Logra provocarme ciertas ganas de saltar, no tengo idea hacia dónde, sino simplemente saltar...
(Entiendo que por eso solían resultar tan peligrosos mis viajes) Pero esta cosquilla, es un buen augurio.
Las cosas cambian, la vida fluye, debo moverme con ella. Sin embargo esta noche es necesario soltar el cuerpo, cerrar los párpados, comenzar a tener dulces sueños... Acostándome de cualquier lado, no me pongo exigente. Si no logro caer en brazos de Morfeo, le mandaré mis cien ovejas latosas para que las cuide él.
Confesiones de un mentiroso II
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La mentira es la máscara. No, aún mas lejos, la mentira es el avatar del
mentiroso.
El mentiroso no miente sin intención, pero no puede dejar de mentir....
Hace 1 año
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