miércoles, 13 de junio de 2007

Y por qué la grieta??

¿De dónde nace una grieta?

Buena pregunta, aunque generalmente se hace a destiempo: justo cuando la grieta se ha apoderado de tu pared o amenaza con tirar el techo. La respuesta será la misma en este como en la mayoría de los casos: quien sabe. Esta nació igual, un día me desperté encontrándola en la pantalla. Ahí debía haber una o muchas historias. Tal vez no sólo quepan hormigas, sino infinidad de residuos. Seguramente yo vengo de una especie de grieta...

El nombre en cambio es un fusil. Se lo robé a cinco desvelados una noche sobre la mesa de madera que guarda nuestra ceniza. Originalmente fue para un proyecto que fue censurado antes de concretarse. Pero las grietas no desaparecen si no son selladas. Y aún así, se mantienen bajo el yeso con la firme intención de profundizar (en las paredes, en la piel, en los momentos).

A veces las grietas suelen ser incomprensibles, duelen, se quejan, denuncian, gritan, muestran, se burlan, bailan, sonrien, amenazan... o prometen.

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