viernes, 14 de marzo de 2008

Litaratura

Naaah, ¿te cae? Esa fue mi respuesta cuando me dijeron que Marco Antonio Regalado fue nombrado para el área de literatura de la Secretaría de Cultura. ¿A poco sí? Después que me repitieron la noticia y hube confirmado con mis chismosas fuentes, pude alegrarme realmente. Como un@ se alegra por los amigos. Porque tengo el gusto de señalar a Marco como uno de los cuates, de los de la banda. Me repetí varias veces: tienes un amigo «influyente», se siente muy raro.

Él fue quien vio mis ganas por escribir, quien recibió en su taller a esta ególatra cuando trataba de comerme al mundo, ha sido testigo de mi «crecimiento» (mucho o poco), llama por teléfono para comentar sobre este espacio, me sirvió la última copa en mi cumpleaños como a eso de las 6:00 de la mañana mientras la incoherencia y la risa nos llegaba a l@s últim@s 10 invitad@s. No sólo maestro sino también compañero en talleres, parrandas, en mesas de lectura y trabajo colectivo. Entonces me da gusto por él que tenga un trabajo tan importante, tan difícil, «con mucha talacha» dirían por ahí. Ahora bien, no por ser amigo va a salvarse. De hecho pienso aprovecharme de su puesto.

Si algo se ha criticado en todas las administraciones ha sido el halago facilón. El reconocimiento obsequiado, sin haber puesto pruebas, sin trabajo de por medio. Sobre todo en el ambiente «cultural» donde la adulación o la desacreditación abundan sin bases. Por eso estaremos al pendiente de su trabajo para reconocer lo bueno, lo malo y lo feo (aunque suene como noticiero de Televisa). De nada me sirve tener tal cercanía con él si no voy a perseguirlo o atosigarlo, sería incoherente de mi parte si de repente no lo cuestionara o aplaudiera según el caso. Por eso digo, oportunidades así no se presentan todos los días.

Marco es un hombre de trabajo duro, viene de los de abajo. Por eso sabe tratar a la gente. Es importantísimo que recuerde eso, que no se deje sobrepasar por un sistema burocrático asfixiante y no pierda la paciencia ni los pies del piso. Es básico que no suba ni siquiera una talla del pantalón porque eso sólo lo dejaría como un funcionario sedentario detrás del escritorio. Es importante también que revise los materiales con los que cuenta para poder dar un mejor uso. Debe ser lo suficientemente refinado para tratar a quien llegue a su oficina, lo suficientemente vulgar para defender su trabajo y eliminar dos o tres pelusas de su saco. Paciencia es la palabra, humildad y carácter.

Por supuesto las peticiones de este lado no varían mucho a las de los compañeros. Talleres, por favor. Talleres que valgan, productivos, donde el moderador no sea un conciliador ni un déspota y si lo es, por lo menos pedimos tenga razones en cuanto a trabajos de calidad. Mayor inclusión para quien busca pertenecer a este ambiente, pero también especialización para quien ha tenido cierta trayectoria. No podemos sostener círculos donde tod@s encontremos vicios. Ya andando encarrerada, hace falta seguimiento hacia el trabajo como en el caso de las salas de lectura y los proyectos de becas que generalmente se otorgan pero al poco tiempo resultan estar abandonad@s, publicaciones detenidas en el proceso editorial o auténtica difusión de la lectura entre la población. Por cierto, no debemos olvidar la difusión. Buena difusión.

Puntos delicados suelen ser los concursos, las becas y premios en general. La creación y apoyo a auténticos eventos literarios donde no sólo brille la autoexaltación, además de originar redes con otros estados para intercambios además de trabajo conjunto. También es momento de dar lugar a proyectos alternativos. Por último, en lugar especial, el reconocimiento de mujeres en un ámbito que se volvió masculino empezando por las oficinas.

Aunque conocemos los obstáculos de la burocracia, confío harás muy bien tu trabajo. Como amiga lo digo. Eso sí: seré inflexible, intransigente, dura, crítica y criticona, ya me conoces. Marco, me darás muchas semanas de Paréntesis a lo largo de este periodo.

**Por cierto, cabe mencionar que en la página de Internet no aparece el nombre de Marco Antonio Regalado dentro del directorio de la secretaría. Señores encargados: ojo con las actualizaciones.

1 comentario:

Lata dijo...

manita, quiero un buen taller de redacción y corrección de estilo en More, ¿conoces alguno?